domingo, 24 de junio de 2012

El suceso del patio, primera parte


El suceso del patio.

Primera parte.

19 de Junio de 2012

Después de un turno de trabajo (ocho días), terminamos los trabajos de geofísica pendientes en el proyecto Choja Sur, con un día de antelación. Subimos temprano a la zona de investigación a revisar equipos y recoger para posteriormente dirigirnos al hotel, descargar y pasar la tarde en Iquique.  Allí comemos en el restaurante “El Español”. Yo me pido un pescado frito rebozado con patatas revueltas y picamos algo de gambas ecuatorianas (camarones los llaman aquí) y calamares en una salsa extraña. La comida es excelente y mientras comemos vemos el partido de la Eurocopa Francia versus Suecia, donde los suecos ganan dos a cero.

Tras el partido pasamos un momento por un centro comercial para hacer unas compras y de vuelta al hotel donde preparamos los equipos para su posterior traslado a Santiago.

Cuando llego al hotel observo que el hombre mayor de un grupo de americanos está junto a un componente del grupo bebiendo Jacks Daniels viendo la televisión en la zona de recreación del hotel. De momento nada raro.

Desde que llegamos a este turno, hemos coincidido en el hotel con un grupo de jóvenes, chicos y chicas, de entre veinticinco y treinta y algún años acompañados por un hombre mayor de más de setenta. En broma, mi compañero Mario y yo les llamábamos “La Secta”. El grupo de americanos nos ha fastidiado bastante pues nosotros nos levantábamos todos los días a las 5.30 de la mañana y algunas noches ellos estaban jugando a cartas y bebiendo hasta las dos o tres de la madrugada en un patio, donde se escucha todo.
Ah!! No he dicho todavía que estoy recluido ahora mismo en mi habitación, sin poder salir y escribiendo estas líneas esperando que de un momento a otro entre un Carabinero chileno en mi habitación. Pero ya lo contaré más adelante.

Justo antes de que los muchachos y Mario vinieran a mi habitación a recoger las cajas para guardar los equipos y trasladarlos, estaba en mi habitación haciendo la maleta. De repente, he escuchado un ruido muy fuerte, de un golpe, una caída, algo estruendoso. Justo después oigo que mi compañero Mario sale de su habitación y pregunta en inglés si está todo bien y si necesitan ayuda. Desde mi habitación escucho al grupo de americanos hablando entre ellos algo alterados y un chico contesta en español a Mario, con un fuerte acento yanqui, que todo va bien y alcanzo a escuchar la palabra “ahorita”.

Llegan los muchachos y cambiamos las cajas de transporte y equipos a otra habitación. Al bajar las escaleras veo unas chicas llorando, otros con mala cara y todos mirando a una misma dirección. La directora del hotel se encuentra allí también. Miro en esa dirección y me encuentro a dos tipos en cuclillas atendiendo al hombre mayor que está tumbado, con la cara muy roja, sin moverse. Una cara muy mala.

Oigo pasos, creo que vienen a por mí. Oigo que vienen a mi habitación…Llaman a la puerta.

jueves, 21 de junio de 2012

Leones marinos en Coquimbo...

Lunes 11 de Junio de 2012.

Ayer regresé de un proyecto cerca de Vallenar y mañana me voy otra vez a Pozo Almonte, cerca de Iquique, donde las salitreras.

Ayer estuve en Coquimbo, que en lengua indígena significa "lugar de aguas tranquilas", una ciudad costera ubicada en el noroeste de Chile, en la IV región. Allí pude presenciar como alimentaban con morralla de pescados a cientos de pelícanos y una veintena de leones marinos. Animales majestuosos, grandes, pesados y muy bellos. Leones marinos en Coquimbo, una ciudad varias veces asaltada por el corsario Francis Drake.

¿Y que hacía en Coquimbo?, pues regresar de Vallenar, tras un intento fallido de realizar un trabajo para el proyecto Relincho y con un compañero de viaje un tanto peculiar. Pero volvamos más atrás en el tiempo.

El pasado día jueves llegué a la oficina a la hora convenida (nueve de la mañana en punto), pero mi compañero de viaje y jefe no estaba allí. Esperando y esperando, decidí cargar el coche con los equipos de sísmica, eléctrica y con las sondas del televiewer. Nos esperaba un viaje de más de nueve horas de coche. Mi jefe seguía sin aparecer, era mediodía.

Apareció cerca de las 12.30  y me dijo que teníamos que esperar un poco porque tenía que terminar una cosa e instalar unos programas. Pasaba el tiempo y seguíamos en Santiago. Cerca de las 14.00 horas salimos de la oficina, pero teníamos que pasar por su casa para recoger su equipaje. A las tres y media de la tarde salimos de Santiago.

Él sacó el coche de la ciudad, haciendo una parada a las 16.00 horas para recargar combustible y para comer, pues todavía no había comido (yo si). Desde entonces me tocó "manejar", hasta llegar a Vallenar a las 1.35 de la madrugada. Pero no del tirón, hicimos una parada para cenar. Lo curioso del viaje es que mientras yo conducía, él a mi lado fumaba y bebía cerveza, lo que le hizo soltarse la lengua y empezó a contarme un poco de su vida, tanto profesional como personal. Una persona interesante, la cual ha viajado por medio mundo haciendo geofísica, con casi veinte años de experiencia en proyectos por Canadá, Brasil, Perú, Colombia, Argentina, países de África, Francia, etc. Una persona con mucha experiencia y muchos conocimientos, dominando todas las técnicas de prospección geofísica. Una persona con un muy buen currículo tanto profesional como académico. Una persona de la que se puede aprender mucho

El viernes en Vallenar tomamos un curso de seguridad laboral y de manejo de 4x4, obligatorio según las leyes mineras Chilenas, me comí un lomo a lo pobre exquisito y pasé toda la tarde cociendo la gran comida.

Uno de los peligros de Relincho es la Vinchuca, insecto tipo cucaracha que huye cuando hay movimiento pero que en estado de reposo, normalmente mientras una persona duerme, sin movimientos bruscos es cuando se acerca al calor humano para picarle, inflándose como una garrapata para posteriormente cagar en la picadura. Un tanto por ciento de este bicho propaga la enfermedad de Chagas.
Rhodnius prolixus

El sábado llegamos al proyecto relincho, en medio del desierto de Atacama, en un clima árido, frío en las primeras horas y cálido cuando el sol estaba alto, pero que en ocasiones al esconderse el sol entre las nubes y junto al fuerte viento, hacía que la sensación térmica fuera baja. En relincho, más inducción sobre seguridad, y controles por parte de la minera para ver si se cumplían los estándares de seguridad individual y del vehículo, para posteriormente no poder hacer el trabajo que teníamos pendiente por razones extrañas. Así que hicimos una prueba con el televiewer en un sondeo antiguo para conocer el modo de trabajo.

El ensayo del televiewer consiste en lo siguiente. Se introducen una a una tres sondas en el sondeo (o sondaje como llaman aquí), primero el caliper, una sonda con tres brazos que mide el diámetro exacto del sondeo, detectando con precisión milimétrica las posibles fracturas o huecos que haya en el mismo. Luego se introduce la sonda óptica la cual va grabando las paredes del sondeo dando una imagen lineal de los 360 ° del mismo. Y finalmente, sólo si hay agua, se introduce una sonda acústica la cual va emitiendo pulsos electromagnéticos (tipo  radar)  registrando las paredes del sondeo y detectando fracturas. Con los datos obtenidos con las sondas, las cuales quedan registradas en un ordenador, se procesan con un software específico, obteniendo todas las direcciones y buzamientos (inclinaciones con respecto a la horizontal) a lo largo de la profundidad del sondeo, el cual puede llegar a más de 800 metros de profundidad.

Terminamos el sábado de hacer la prueba, nos despedimos de los compañeros y nos fuimos de regreso a Santiago, pero como era muy tarde decidimos dormir por el camino. Mientras regresábamos a Vallenar, la selección chilena jugaba su partido clasificatorio del mundial ante Venezuela. Ganó 2-0. Llegamos a Vallenar ya con la noche encima, cenamos y partimos dirección Coquimbo. Allí dormimos en casa de los suegros de mi jefe, una pareja de viejitos encantadora que me hicieron sentir como si fuera de la familia. Allí nos esperaban, cerca de la medianoche, cuando llegamos, con un plato de la zona  llamado"locos", un tipo de molusco de textura similar al pulpo y un buen vaso de vino. Yo terminé mi vino y mis locos y me fui a acostar pero mi jefe se terminó el vino y siguió con el pisco (licor fuerte típico chileno, tipo orujo).

Así que dormí en Coquimbo en la misma habitación que mi jefe, que durmió en una cama justo al lado de la mía. En las horas que estuve en casa de sus suegros me sentí en todo momento muy cómodo, como si fuera de la familia. Gran tipo este jefe mío, y su familia.

El domingo fuimos al mercado y luego la señora rosita (suegra), nos hizo una sopa de marisco exquisita, paila marina como llaman aquí,  y un pescado frito rebozado excelente, cuyo nombre he olvidado. Mientras comíamos vimos el empate a uno entre España, Italia de la eurocopa.

Regresamos a Santiago, manejando toda la tarde, llegando a la ciudad de noche, cansados pero muy satisfechos. El viaje no había sido desaprovechado.

Mañana partiré otra vez rumbo a Iquique para terminar los trabajos de sísmica de este proyecto.